Oct 18, 2008

el perfume

Creo que eran cerca de las 22:00 cuando, después de haberme duchado y perfumado, decidí no salir. No por nada, dejar a la gente que quiero plantada es una de las cosas que mejor sé hacer! Apagué el celular y rescaté una película más del olvido: "El perfume: Historia de un asesino" de Tom Tykwer. Los dramas íntimos de "Heaven" y "La princesa y el guerrero" no me habían matado de la emoción como lo había hecho "Corre, Lola, corre". La pintilla pro Hollywood que llevaba mi carátula pirata de "El perfume", tampoco era una invitación para verla un sábado por la noche. Igual, decidí darle una oportunidad.
El protagonista, Jean-Baptiste Grenouille, es un hombre dotado de un extraordinario olfato pero desposeído de todo amor, dinero, amistad. Este tipo que se convertirá en un maestro del perfume, nace en Francia del siglo dieciocho, en medio de un mercado de pescado! Su único objetivo será el de retener el aroma de las personas para siempre, cueste lo que cueste.
Se puede decir que es un protagonista amoral y despiadado, de esos que detestas y que quisieras arrancar de la pantalla para darles un buen sopapo. Sin embargo, en el transcurso de la película, Tykwer logra que veamos a Jean-Baptise sin juicios ni prejuicios al presentárnoslo como un hombre obsesionado con su arte, que sólo quiere perfeccionar su técnica y satisfacer su rara obsesión. La posición en la que Tykwer coloca al espectador me pareció interesante, por ser akward, incómoda, imprecisa. No se quiere al malo ni se lo detesta sino que se duda de ambas cosas todo el tiempo.
A comienzos de la peli, el posible amor de Jean-Baptise muere en sus brazos. El aroma de la mujer que cree amar, -o mejor dicho el aroma que cree amar pues a la mujer apenas la conoce, o si la conoce es por medio de su aroma- desaparece para siempre. Caput. Ésa la inspiración de Jean-Baptise para crear perfumes: retener para siempre lo fugitivo, lo que ya no es o, por qué no, lo que nunca ha sido excepto en su mente o en el caso de Jean-Baptise, en su nariz.
Twyker es un maestro al retratar los cuerpos de las mujeres asesinadas que aún se conservan bellos minutos después; el momentito en el que las mujeres son ellas y dejan de ser ellas. También es un maestro en manipularnos como espectadores al situarnos en la plaza , junto a la gente del pueblo a mirar la ejecución de Jean Baptise. Junto con ellos nos dejamos sorprender por el nuevo aroma que trae Jean Baptise y caemos rendidos a sus pies.
En fin, sigo siendo de la opinión de que toda adaptación de un libro al cine va a perder algo valioso, como el aroma de esas mujeres. (Excepciones hay, como la de Leduc). Aún así disfruté de "El perfume" porque no se me hizo un drama de época predecible y bonito, como los hay muchos. Además es una película que en su estética es impecable pero con todo, no llega a ser una película representativa de Tom Tykwer. Para eso vuelvan a ver "Corre, Lola, corre"!



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